biohacking
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Te comparto los mitos y realidades del biohacking para que conozcas sus alcances y limitaciones.

Por la doctora Esmeralda Bastidas Valenzuela, CEO de NEOCLINIC.

Image by skylarvision from Pixabay

Si bien la palabra “hacking” nos remite a fraudes y robo de identidad, en materia de salud toma otra dimensión y juega a favor del bienestar de las personas.

El biohacking es un nuevo enfoque en la salud que busca mejorar el rendimiento humano a través del hackeo o el reseteo (reset) de la información contenida en las células, que favorecen el desarrollo de enfermedades, mitiga los efectos del envejecimiento prematuro, la pérdida de años y calidad de vida.

Todos venimos con una carga genética que podemos desarrollar o no dependiendo sobre todo de nuestro estilo de vida y del contexto del que nos rodeamos. A esto lo llamamos epigenética.

El biohacking, trabaja sobre la epigenética a través de prácticas sencillas y de nuevas herramientas biotecnológicas.

Al ser una nueva tendencia, genera mucha curiosidad y surgen mitos que a continuación esclarezco.

MITOS Y REALIDADES DEL BIOHACKING

Mito 1: El biohacking cambia la información genética de la célula.

Falso: El biohacking contribuye a frenar el desarrollo de las enfermedades hereditarias o adquiridas, cambiando los factores externos (epigenética) que favorecen su desarrollo y otorgando a nuestro organismo elementos que favorecen el buen funcionamiento de las células para que durante su reproducción natural ya no se transmita la información vinculada a la enfermedad y sí la de las células sanas.

Mito 2: Hacer biohacking es muy caro.

Falso: El biohacking se vale de diversas tecnologías con un rango de costos variado, pero además existen otras formas naturales y gratuitas de “resetear” nuestro organismo como la meditación, hacer pequeñas pausas al día para desconectarse de las preocupaciones, bañarse con agua fría, vincularse con la naturaleza y por supuesto adquirir buenos hábitos alimenticios, de sueño y deportivos, con base en el estilo de vida y genética de cada persona.

Mito 3: Con el biohacking voy a vivir más años.

Falso: El biohacking por sí solo no puede extender la vida de una persona, pues en ello intervienen muchísimos factores; sin embargo, sí contribuye a que, sin importar los años que vivamos, sean de calidad de vida.

Mito 4: El biohacking cura todas las enfermedades.

Falso: El biohacking contribuye a sacar el máximo potencial a tu organismo previniendo la aparición de enfermedades, y cuando ya se está enfermo, coadyuva a una mejor respuesta a los tratamientos.

Mito 5: El biohacking utiliza tratamientos iguales para todos.

Falso: El biohacking es personalizado, pues parte de que cada persona posee una carga genética y estilo de vida único.

Mito 6: Si quiero biohackear mi cuerpo tengo que dejar de trabajar y dedicarme a una vida tranquila y cien por ciento saludable.

Falso: El biohacking trabaja “con lo que se tiene”, no se le puede pedir a una persona que está llegando a la cima de su carrera dejarlo todo, al contrario, el biohacking favorece el rendimiento de nuestro organismo para reducir el impacto y mantener nuestros niveles óptimos de energía.

Mito 7:  En el biohacking el paciente tiene una actitud pasiva.

Falso: El biohacking promueve la medicina participativa, pues al otorgar información y datos reales sobre el estado de salud de cada paciente, éste se involucra activamente en el cuidado de su cuerpo y la prevención de enfermedades.

Mito 8: El biohacking es sólo para adultos mayores.

Falso: Nuestro cuerpo comienza a envejecer a partir de los 25 años; sin embargo, experiencias traumáticas pueden favorecer un envejecimiento acelerado incluso en niños. El biohacking ofrece tratamientos personalizados a la realidad de cada paciente.

Mito 9. El biohacking ofrece beneficios exclusivamente al paciente.

Falso: Todos los cambios positivos logrados en nuestro organismo no sólo mejorarán nuestra salud, sino también la de nuestra descendencia.

Mito 10. Para hacer biohacking basta con un tratamiento.

Falso: El biohacking trabaja con 6 pilares y para ello se vale de diversas tecnologías:

  1. Estudios genéticos: Existen estudios genómicos que permiten ver qué edad en realidad tiene nuestro cuerpo, así como la predisposición que tenemos a ciertas enfermedades, para personalizar los tratamientos y establecer cambios de estilo de vida y de salud.
  2. Control de estrés: A través de dispositivos que trabajan con resonancia sónica o lumínica, es posible coadyuvar para que el sistema nervioso gestione mejor el estrés.
  3. Nutrición celular: La nutrición ortomolecular logra llevar grandes dosis de vitaminas, minerales y antioxidantes al cuerpo, vía intravenosa, para una asimilación del 100%, el buen funcionamiento de nuestro organismo.
  4. Terapia celular: Utilizando la materia prima del organismo, las células madre, se pueden favorecer la regeneración de órganos y tejidos. Esta terapia además coadyuva a la elevación del sistema inmunológico, cuyo estado óptimo es básico para la prevención e incluso el tratamiento del cáncer. 1
  5.  Control hormonal: Equilibrar el sistema hormonal favorece la salud, el apetito sexual, la buena musculatura y calidad en piel. Inclusive, según han reportado estudios, la terapia hormonal protege contra el desarrollo del cáncer y se utiliza como tratamiento del mismo. 2
  6. Tratamientos estéticos: Nacidos de la medicina regenerativa, existen procedimientos no invasivos que “hackean” las células de la piel para promover la producción de colágeno y elastina, proteínas que mantienen su estructura y firmeza; así como biomoléculas que ayudan a conservar su humedad y volumen, así como mitigar los signos del envejecimiento.

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